- Confianza: en el potencial del niñ@ para que, por sí mismo explore y comprenda el entorno que le rodea siguiendo su propio ritmo.
- Seguridad emocional y aceptación de las emociones, admitiendo la manifestación de éstas y permitiendo su liberación a través de llantos, rabietas y/o risas. ( Siempre acompañando al niño/a).
- Llanto, risa y juego( siempre acompañando al niño/a) Conocemos los beneficios de éstos como canales de liberación de estrés y curación de sentimientos dolorosos no resueltos, aplicándolos en nuestro día a día.
- Educación no punitiva. No controlamos a los niños/as a través de chantajes, amenazas, sobornos, castigos ni recompensas.
- Límites: no utilizar castigos y recompensas no conlleva la ausencia de límites y normas, tan necesarios para crear un entorno cálido, distendido y seguro. Los límites se fijan teniendo en cuenta las necesidades auténticas de los niños. Les ayuda a orientarse y adquirir experiencias. Los límites pueden ser dolorosos y el papel del adulto es permitir y acompañar estas emociones.
- Respeto: tanto al ritmo evolutivo, el desarrollo y las necesidades del niñ@.
- Apego: especial importancia a la crianza con apego y respetuosa para una óptima salud emocional.
- Amor incondicional: no juzgando, comparando ni ridiculizando.